Biotecnología en el campo cubano

La biotecnología cubana ha dado mucho de qué hablar en fechas recientes. La información dada a conocer en torno a los ensayos clínicos que realizan de una vacuna contra el Sida, la obtención de otra más para la Hepatitis B y diversos logros alcanzados en biomedicina recombinante han puesto al país isleño en el mapa de la innovación científica. Sin embargo, el impacto en torno al sector agrícola es poco comentado, a pesar de contar también con grandes avances que han repercutido a nivel local e internacional.La biotecnología cubana ha dado mucho de qué hablar en fechas recientes. La información dada a conocer en torno a los ensayos clínicos que realizan de una vacuna contra el Sida, la obtención de otra más para la Hepatitis B y diversos logros alcanzados en biomedicina recombinante han puesto al país isleño en el mapa de la innovación científica. Sin embargo, el impacto en torno al sector agrícola es poco comentado, a pesar de contar también con grandes avances que han repercutido a nivel local e internacional.

Al respecto, la ex secretaria técnica del Programa Nacional de Biotecnología Agrícola de Cuba, doctora María Cristina Pérez Peñaranda, comentó en entrevista que el desarrollo del campo cubano se ha logrado en parte por los avances científicos en el área biotecnológica, que van desde fertilizantes o plaguicidas de origen biológico hasta mejoramiento genético o técnicas avanzadas en la micropropagación de plantas de interés agrícola. “La biotecnología puede ayudar mucho a nuestros países, toda vez que se cuente con expertos preparados y haya una integración de las diversas áreas científicas y de los actores sociales que estén inmersos en los temas a los que atañe esta rama”, explicó la especialista.

En ese contexto, refirió que las investigaciones cubanas en materia de biotecnología son aprobadas por un comité verificador, el cual evalúa, entre otros factores, si existe un nicho de mercado a nivel mundial para el desarrollo propuesto. “Por eso, no llamamos a los programas de ciencia y tecnología, sino de ciencia e innovación, porque son proyectos en los que sabemos que podemos patentar y obtener un beneficio para el campo del país. Además, los productos biotecnológicos son destinados al mercado interno de manera gratuita, y la exportación es la forma en como se recupera nuestra inversión científica”.

Pérez Peñaranda afirmó que otra de las razones que ha impulsado el desarrollo de la biotecnología en forma exponencial a lo largo de las últimas dos décadas en la isla es la arraigada cultura vinculativa que tienen los científicos, lo que ayuda a optimizar los recursos destinados a los proyectos. De hecho, han logrado conjuntar en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología diversas ramas del área (animal, vegetal y médica), pues entienden que cada una puede complementar a la otra y de esta manera extrapolar sus resultados. Asimismo, formaron un polo científico en la ciudad de la Habana, donde se integran ocho instancias relacionadas con el desarrollo acelerado de la biotecnología.

En cuanto al impacto que esta rama del conocimiento representa para los agricultores cubanos, la investigadora apuntó que ellos mismos han comprobado el beneficio con la producción de semillas biotecnológicas, y señaló que en la actualidad el país cuenta con un programa de manejo integral de medios biológicos relacionados a la fertilización y control de plaga.

Finalmente, reconoció que si bien la infraestructura es hasta cierto punto limitada, la fortaleza de la biotecnología cubana se ostenta en sus recursos humanos, los cuales son formados en diferentes líneas de investigación afines a la biotecnología, y que son consideradas como prioritarias para el país.“En el primer año de la carrera universitaria los jóvenes llevan asignaturas relacionadas con la materia, pero a partir del segundo se crean grupos científicos estudiantiles, al tiempo que centros de investigación trabajan en la formación de maestros y doctores”, concluyó.

Por Héctor de la Peña

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