Proyecto pionero estudia los efectos de los metales en la salud de los niños

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Un total de 450 escolares de Elche han participado en un proyecto pionero en España, desarrollado por la Generalitat Valenciana, para conocer la incidencia de la exposición a metales, como el mercurio, el plomo o el manganeso, en la salud de la población infantil.

Diversos estudios sobre el mercurio, el plomo y el manganeso indican que la exposición a ellos puede ser el origen de diversas patologías, como déficit de atención, disminución de la capacidad de retención y memoria, deficiencias motoras o alteraciones en el crecimiento y desarrollo, sobre todo en poblaciones infantiles.

El Centro Superior de Investigación en Salud Pública (CSISP), dependiente de la Conselleria de Sanidad, realiza este trabajo, denominado Biomarcadores de Exposición Ambiental, en colaboración con el Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche.

El programa, cuyos resultados definitivos se darán a conocer a finales de este año, se extenderá a otras localidades de la Comunitat Valenciana hasta obtener el mapa autonómico completo, para lo cual se prevé estudiar a 500 niños más.

Para realizar el trabajo se han obtenido muestras a través del análisis químico multielemental del cabello, con técnicas de alta sensibilidad.

En total se ha analizado la existencia de 29 elementos, tanto elementos minerales de interés nutricional como contaminantes ambientales, entre los que destaca el arsénico, o metales pesados, como cadmio, plomo, cromo, por ser tóxicos, o el níquel, relacionado con las alergias.

Las fuentes de procedencia de estos metales pueden ser diversas, desde el consumo de pescado o leche a la actividad minera o industrial del entorno. También se han estudiado sustancias necesarias en la dieta, como el hierro o el zinc.

El jefe de Sanidad Ambiental de la Conselleria de Sanidad, José Vicente Martí, ha explicado que el principal objetivo de este trabajo es impulsar 'un programa que permitiera conocer la exposición diaria de los escolares a este tipo de metales' y la salud de la población relacionada con el ambiente.

El coordinador del estudio, el catedrático del Instituto de Bioingeniería de la UMH, Eugenio Vilanova, ha indicado que el proyecto ha posibilitado establecer las curvas de distribución de estos elementos en la población escolar, concretamente en niños con edades comprendidas entre los 3 y los 12 años.

La relación entre el nivel de exposición de los metales y el daño a la salud depende de variables que determinan las concentraciones de los contaminantes en cada persona, como la edad, el sexo, la localización geográfica o los estilos de vida.

Cada elemento en particular posee características toxicológicas propias y no todos son perjudiciales.

'Es más, el organismo animal depende y necesita de cantidades determinadas de ciertos elementos minerales para su buen funcionamiento, que también son objeto de este estudio de biomarcadores en cabello', ha dicho Vilanova.

Sin embargo, la exposición prolongada a determinados metales, como el plomo, puede producir cambios irreversibles en la arquitectura cerebral y en las funciones cognitivas.

'Está demostrado que, en los niños pequeños, la intoxicación crónica por plomo puede ocasionar trastornos de la conducta con agresividad y regresión del desarrollo', según este experto.

actualidad.terra.es

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